Un informe del Gobierno británico recién presentado concluye que los biocarburantes fueron responsabilizados de manera injusta de la subida de los precios de las materias primas agrícolas durante 2007 y 2008 ya que no tuvieron una influencia apreciable en el encarecimiento de ninguna de las materias primas clave para su producción, como son la soja, el trigo, el maíz o el azúcar.